MARIA
& SAM

Desde New Hampshire y Tecamachalco, el destino nos reunió en Washington, D.C. Aunque nuestras carreras nos podrían haber hecho coincidir en los mismos círculos en D.C., nos conocimos de la manera moderna—y quizás fue lo mejor—pues conectamos fuera de los típicos eventos profesionales, para tomar un café un domingo. Ahí pudimos bajar la guardia de una forma que no hubiéramos podido en un entorno profesional. Desde ese primer encuentro conectamos a nivel personal, y descubrimos de inmediato muchos intereses en común: viajar, la cultura, los idiomas, el humor, la comida y mucho más. Encontramos valores y metas de vida compartidos, así como la creencia de que ambos merecíamos compañía y felicidad en esta etapa de nuestras vidas. Estábamos abiertos y entusiasmados por explorar juntos cómo podría ser ese camino. A María le impresionó, desde la primera cita, que Sam conociera a los vendedores de la Ciudad de México que andan en camionetas con la voz de una niña en altavoces, revendiendo muebles y electrodomésticos. :)

​

Después de nuestro primer encuentro, unas vacaciones en Estados Unidos y en el extranjero durante agosto nos mantuvieron a distancia por más de un mes. Sin embargo, nos volvimos a ver a principios del otoño y descubrimos aún más afinidades—especialmente nuestro deseo de no perder el tiempo en cosas pequeñas, y de enfocarnos en nuestras carreras y vivir la vida a profundidad. No perdimos el tiempo: fuimos de excursión, exploramos restaurantes increíbles, vimos películas, manejamos hasta el Parque Nacional Shenandoah, y nos presentamos mutuamente a nuestros amigos más cercanos en D.C.

​

En tan solo dos meses, Sam ya estaba ayudando a María a mudarse a un nuevo departamento, y María lo recogía en el aeropuerto después de un viaje de trabajo a Francia... y hasta lo convenció de ir directamente a una fiesta de despedida en una azotea, a pesar de que casi no había dormido. :)

​

A los cuatro meses, María le pidió a Sam que se mudara con ella a principios del nuevo año. Se sintió como algo natural. Sam dejó los suburbios y comenzó una nueva etapa en el vecindario de West End en D.C. A lo largo de 2024, hicimos varios viajes—a México, Colorado y New Hampshire—y conocimos a las familias del otro.

 

Sam le propuso matrimonio a María en abril de 2024, en una noche cálida pero con neblina en el malecón de Georgetown. Sam ya tenía pensado hacerlo pronto, pero eligió esa noche porque María había tenido una semana especialmente difícil en el trabajo y él quería verla feliz. De inmediato comenzamos a planear una boda para principios de 2025. María incluso fue a Nueva York a buscar vestido de novia… pero nuestros planes cambiaron cuando nos enteramos de que estábamos esperando un bebé.

 

Seguimos viajando a México, Francia y New Hampshire durante el resto del año. A pesar de nuestras agendas ocupadas, continuamos planeando nuestra boda. Sabina, el amor de nuestras vidas, nació el 18 de febrero de 2025. Ha traído una alegría inmensa a nuestras vidas, y nos emociona saber que algún día podrá ver las fotos de nuestra boda y darse cuenta de que ella también estuvo presente en ese momento tan especial con nosotros.